Son muchas las razones que pueden llevarnos a querer echar una cabezadita en el avión para descansar y llegar a nuestro destino en mejores condiciones. Ya sea porque hemos tenido que coger un vuelo a horas muy tempranas, porque nos duela la cabeza, porque sea la hora de la siesta, porque hayamos pasado una mala noche o porque se trate de un vuelo largo. Dormir durante el vuelo es una forma de que el viaje se haga más corto y nos sintamos mejor, pero lo cierto es que, según los expertos, el despegue y el aterrizaje no son los mejores momentos para hacerlo.
La cuestión es que, cuando el cuerpo cambia bruscamente de altitud en un corto periodo de tiempo, aunque el avión va presurizado, pdoemos sufrir dolores de oído debido a la presión del aire. Esto da lugar a un vacío en las trompas de Eustaquio que, en algunos casos, puede provocar estragos en el tímpano, especialmente si estamos resfriados. Cuando dormimos no tragamos saliva con la misma frecuencia que cuando estamos despiertos, por lo que si echamos una cabezada durante el despegue o el aterrizaje, lo más probable es que nuestros oídos se bloqueen. Si nuestros oídos permanece bloqueados, pueden crearse una serie de problemas de salud, más leves o más graves. Desde mareos a pérdida de audición, pasando por infecciones, hemorragias nasales o daños en el tímpano.
(más…)