Problemas de salud que impiden subirse a un avión

Aunque muy pocas personas se someten a una revisión médica a la hora de subirse a un avión, lo cierto es que los vuelos pueden ser perjudiciales para la salud de algunas personas. Lo que afecta sobre todo a bebés, niños pequeños, embarazadas, personas con discapacidad o aquellas que necesitan de asistencia médica. Por eso, en estos casos es importante consultar con el médico antes de comprar el billete.

Por ejemplo, en personas que padecen afecciones cardiorrespiratorias, el vuelo puede traer complicaciones, ya que la cantidad de oxígeno a elevadas alturas es un 25% menos que cuando estamos en tierra, lo que puede dar lugar a palpitaciones, confusión, convulsiones, mareos, falta de aire o dolor de pecho. Pero además, existen otros problemas de salud que impiden subirse a un avión, como son los siguientes.

problemas que impiden subirse a un avión

Bebés y embarazadas

Aunque no hay ningún problema en que un bebé sano viaje en avión después de 2 días de su nacimiento, es aconsejable esperar una semana. Además, en el caso de los bebés prematuros es posible que se necesite una autorización especial. Por otro lado, debes saber que algunas compañías no permiten a las embarazadas viajar durante el último mes de gestación si no cuentan con autorización médica.

Síndrome de descomprensión

La baja presión de la cabina puede dar lugar a la enfermedad de los buzos en personas que han hecho submarinismo en las 12 horas anteriores al vuelo. Lo que se debe a una reducción repentina de la presión externa del cuerpo y la liberación de nitrógeno disuelto en la sangre en forma de burbujas de gas en las venas y arterias.

Anemia falciforme

Cuando se viaja en una cabina no presurizada, el paciente que padece anemia falciforme puede sufrir un disminución del suministro de oxígeno. Cuando se produce una hipoxia prolongada, podrían darse muerte de las papilas renales, trombosis cerebrales o infartos del bazo.

Infecciones de nariz y oído

La congestión nasal, la gripe, la alergía, la sinusitis y la rinitis pueden provocar dolor de oídos en el avión debido a los rápidos cambios de presión que se suceden en la cabina durante los procesos de despegue y aterrizaje. Si la persona sufre otitis, es recomendable no viajar, ya que hay riesgos de perforación timpánica. Y aquellas personas que sufren infecciones o congestión nasal podrían enfrentarse a lesiones en el tímpano.

Enfermedades cardíacas

Las enfermedades cardíacas presentan un problema extra cuando hablamos de vuelos de larga distancia por pasar mucho tiempo en la misma posición, lo que sumado a la presión del vuelo aumenta las posibilidades de sufrir trombos. Además, si se ha sufrido un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular reciente es recomendable no volar.

Enfermedades pulmonares

Tampocos se aconseja tomar un avión a las personas que hayan sufrido neumotórax o colapso de pulmón recientemente, ya que los cambios de presión pueden afectarle considerablemente.

Afecciones oculares

Aunque pueda parecer extraño, lo cierto es que las lesiones en los pojos no deben tomarse a la ligera, ya que podríamos sufrir graves daños al viajar en avión. Es cierto que la mayor parte de ellas no son un gran problema, pero hay determinadas condiciones que pueden poner en peligro nuestra visión. Por ejemplo, si la persona se ha sometido a una operación para reparar la retina o a un trasplante de córnea.