Vacaciones partidas o seguidas: ¿Qué es mejor?

El verano es la época en la que la mayoría de nosotros nos vamos de vacaciones. La cuestión es que, al volver, muchas veces desearíamos no haber cogido nuestras vacaciones todas de golpe y haber reservado algunos días para disfrutar en otras fechas, ya que siempre se hacen muy cortas. ¿Qué es mejor? ¿Coger las vacaciones partidas o seguidas?

Los expertos aconsejan repartir nuestras vacaciones en distintos periodos, aunque es cierto que no puede generalizarse, porque cada caso es diferente y cada persona tiene sus propios factores laborales y personales. Todo depende del trabajo que se realice, de si se tiene hijos, de la edad y de si tienes pensado viajar solo o acompañado.

En cualquier caso, lo que está claro es que es mejor coger al menos entre 10 y 15 días para descansar y desconectar por completo del trabajo y de la rutina diaria. Eso sí, el máximod eberían ser 15, ya que a partir de entonces no existe un cambio significativo en la desconexión que conseguiremos.

vacaciones partidas o seguidas

De hecho, puede llegar a ser contraproducente, ya que muchas de las personas que cogen un mes entero de vacaciones, luego pueden tener problemas de irritabilidad, apatía o insomnio al volver a casa, síntomas de la famosa «depresión postvacacional».

Si vuelves al trabajo después de un mes descansando, ves el siguiente periodo vacacional a un año de distancia, demasiado lejos. En cambio, si has cogido 15 días de vacaciones, además de haber tenido tiempo para desconectar, verás los próximos días libres mucho más cerca, lo que hace que el trabajo y la vuelta resulten más llevaderos.

Pero debes saber que las vacaciones partidas no solamente tienen ventajas para el trabajador, sino también para la empresa. En España hay empresas que prácticamente paran de trabajar en julio y agosto. Pero si sus empleados se cogen las vacaciones partidas, no se ven tan perjudicadas y podrán seguir con su actividad como siempre.

Por otro lado, el hecho de que las vacaciones se repartan hace que las empresas del sector turístico puedan extender su periodo de actividad y reducir el estrés que viven durante el verano. Acabando además con la masificación que se viven en muchos pueblos de la costa durante la época estival, donde muchas veces hay más gente que en la avenida principal de una gran ciudad.

La realidad es que los tiempos cambian y, hoy, las vacaciones se van adaptando a los nuevos tiempos. En la mayor parte de Europa, lo normal es partir las vacaciones en lugar de cogerlas seguidas, lo que resulta más racional. Hay que tener en cuenta que vivimos en una sociedad globalizada y que existe un buen número de empresas que trabajan con empresas de otros países. Mientras en el continente europeo es verano, en otras zonas del mundo es invierno. Si la mitad de los empleados se marchan de vacaciones, las relaciones con esas empresas no pueden llevarse a cabo con normalidad, lo que, sin duda, afecta al rendimiento de la compañía. Además, ningún alto directivo puede permitirse el lujo de marcharse un mes completo.

Por otro lado, hay que aunque la mayor parte de los trabajadores prefieren julio y agosto para sus vacaciones, no todos pueden conseguirlo. Por eso, es importante crear un sentimiento de solidaridad entre la propia plantilla para que todos puedan irse al menos unos días de vecaciones en julio y agosto. Si las vacaciones se fraccionan, más personas pueden hacerlo.